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¿Qué es realmente el Derecho Romano? Las respuestas tradicionales
tienden a glorificarlo:
El conjunto de normas jurídicas que rigieron a la sociedad romana
desde el siglo VIII a.C. hasta la muerte del emperador Justiniano en el
siglo VI d.C.”
El ordenamiento jurídico más perfecto de la historia.
Estas definiciones, aunque comunes, merecen un análisis crítico. Aquí
es donde quiero traer las reflexiones de Chimamanda Ngozi Adichie
en El peligro de una sola historia. Ella nos advierte sobre los riesgos
de construir percepciones a partir de relatos únicos, los cuales
simplifican la complejidad humana y esconden la riqueza de las
perspectivas múltiples.
Si aplicamos este enfoque al Derecho Romano, queda claro que la
narrativa tradicional oculta las influencias multiculturales que dieron
forma a este sistema jurídico. Occidente ha consolidado un relato
donde el Derecho Romano aparece como un producto puro y
hegemónico, excluyendo los aportes de otras culturas, especialmente
las africanas y semíticas.
Sin negar los méritos de Roma, es hora de reconocer que su sistema
jurídico fue un mosaico enriquecido por sus interacciones con otras
civilizaciones. El Derecho Romano, entonces, debe entenderse como
el resultado de influencias pluriculturales, y no como un producto
exclusivamente europeo.
Las Influencias Multiculturales en el Derecho Romano
Un Llamado a la Inclusión Jurídica
Reconocer estos aportes no es restar mérito al Derecho Romano, sino
resaltar su verdadera naturaleza dinámica y plural. Comprenderlo
como un sistema moldeado por múltiples culturas nos invita a repensar
nuestras narrativas jurídicas y a valorar las contribuciones de todas las
civilizaciones en la construcción del derecho.
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